JUAN VILAPLANA SOUSA

ADMINISTRADOR DEL MARQUES DE DOS AGUAS EN ONIL
NACIO EN 1850 EN ONIL.
DESDE 1887 HASTA 1909 FUE ALCALDE Y CONCEJAL EN VARIAS LEGISLATURAS.
1908 DEJA EL CARGO DE ADMINISTRADOR DEL MARQUES.

sábado, 1 de mayo de 2010

Forajidos y malhechores principios del siglo XIX de Onil


A principios del siglo XIX en España los forajidos y malhechores asaltaban en todos los caminos donde podrían hacer botín con mucha pericia y conocedores todos los escondites del monte, actuaban a sus anchas por las tierras españolas.
Las autoridades intentaban buscar soluciones y aplicar castigo a los delitos, podemos decir que por esta zona el Puerto de Biar, Onteniente, Bañeres, Bocairente por donde los forajidos actuaban conocedores de las montañas y todos sus escondites.
En una carta recibida en la Villa de Ibi el 7 de Diciembre de 1800, hay insistencias que por el puerto de Biar y piden que esta Villa se ponga de acuerdo se concedan permisos mutuamente para pasar los limites de sus términos, con las poblaciones colindantes, al objeto de ser más efectivos en la misión de exterminar a estos malhechores.
El 3 de abril de 1801 un escrito del corregidor de Xixona que decia lo siguiente.
“ Por la Villa de Onil y demás términos de aquel contorno andan los siguientes malhechores, Pascual y Miguel Girones ,hermanos, Cayetano Reig, Josef Sempere, un desertor llamado Vicente Bernabeu, otro llamado Francisco Molto, los cuales son de la Villa de Onil. También infectan aquellos contornos los siguientes forajidos de Castalla, Francisco Callau padre e hijo, llamados los Borderas, y tres compañeros más, varios desertores y un hijo de Antonio Molla”.
No hay datos de que estos malhechores fueran detenidos, se supone que continuaron actuando con facilidad por la Sierra de Mariola. De vez en cuando se hacían patrullas en los pueblos para ir a su captura pero eran insuficiente para localizarlos y detenerlos, resulta que estas cuadrillas tenían confidentes en los pueblos, hasta muchas veces se escondían en los pueblos donde habían salido sus perseguidores.
Se cree que los que formaban estas cuadrillas de malhechores eran labradores victimas de la voraz ansia económica de los señoríos, muchas veces el hacer algún delito tenían que desaparecer y como se dice “ echarse al monte” para evitar prisión o castigo, otros eran desertores y prófugos del Ejercito reacios a los seis o siete años que tenían que estar sometidos a la disciplina castrense.
Cuando llego la guerra de la Independencia estas cuadrillas fueron las más voraces al ejercito invasor con sus ataques en las veredas y montes, se hicieron famosos en todo un país ocupado por las tropas napoleónicas con las guerrillas con emboscadas al ejercito francés.

Texto extraido de J. Miralles. Forajidos y malhechores en la foia.

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