JUAN VILAPLANA SOUSA

ADMINISTRADOR DEL MARQUES DE DOS AGUAS EN ONIL
NACIO EN 1850 EN ONIL.
DESDE 1887 HASTA 1909 FUE ALCALDE Y CONCEJAL EN VARIAS LEGISLATURAS.
1908 DEJA EL CARGO DE ADMINISTRADOR DEL MARQUES.

domingo, 10 de abril de 2011

26 Aniversario del fallecimiento de Eusebio Sempere


Hoy 10 de abril se cumplen 26 años del fallecimiento de Eusebio Sempere y como el año pasado en tal día como hoy desde este modesto blog queremos rendirle nuestro pequeño homenaje, todos los Colivencs sabemos de sus obras, trabajos, mucho esta escrito y plasmado en la historia del arte, no aportamos nada nuevo, un pequeño reconocimiento a este hombre universal.

29 de abril de 1983 día de la entrada de Moros y Cristianos se inaugura el monumento a la muñeca obra del pintor local Eusebio Sempere cuya obra regala al pueblo de Onil.
El precio fue de más de tres millones de las antiguas pesetas, su construcción fue en Guadalajara y la aportación fue hecha por el pueblo de Onil y el mismo autor.
Eusebio la llamo “ la columna” a este acto de inauguración asistieron el Presidente de las Cortes Valencianas, Antonio García Miralles, el Presidente de la Diputación de Alicante Luís Díaz Alperi y como Alcalde de la Villa José Navarro Laosa.
Hoy este monumento que en su día fue inaugurado en la rotonda de entrada al pueblo de la circunvalación Matrimonio Juan Mora, que años después paso justamente a los jardines nuevos de la ermita que esta al lado de la calle Eusebio Sempere que esta situada en lo que era el antiguo campo de fútbol de la Virgen, para finalizar en la placeta de la Casa de la Cultura de la Villa.
Este artista universal dejo un gran legado de sus obras por el mundo del arte contemporáneo, siempre con muy buena critica de sus trabajos. Onil celebra el Premio Bienal de Pintura Eusebio Sempere como gran homenaje del mundo pictórico de gran acogida en el mundo del arte de las cuales las obras participantes se exponen en la Casa de la Cultura de la Villa, en el cual esta “ la colunma” que preside la entrada del centro cultural que Eusebio hizo en honor a la muñeca soporte motor de la riqueza y prosperidad Colivenca en el siglo pasado.

En el diario la Verdad el 8 de Abril de 2011 el escultor, pintor, fotógrafo, ceramista, grabador Eduardo Lastres escribió un formidable articulo dedicado a su amigo Sempere.


Mi amigo Sempere
Eusebio buscaba un lugar en nuestra historia pero poniendo él muchísimo más de lo que la sociedad le pudiera dar
Con la inauguración del MACA, la ampliación del Museo de la Asegurada, como ese espacio que cualquier artista podría anhelar, me vienen a la memoria infinidad de imágenes, ideas, palabras que compartí con Eusebio Sempere, desde que tuviera la oportunidad de conocerlo, allá por el año 1968, y cultivar una amistad que se prolongó hasta el final de sus días. En estos años sesenta, los artistas en toda España reivindicábamos una mayor libertad y el reconocimiento del trabajo artístico como una actividad profesional. Un grupo de pintores de Alicante fuimos a Madrid para conocer de primera mano lo que se estaba gestando en la Asociación de Artes Plásticas de Madrid. Arcadio Blasco, que pertenecía a esa asociación madrileña, nos contó de qué forma se estaba demandando a las instituciones franquistas mayores derechos y seguridad para el trabajador artístico. Por ello nos desplazamos a Madrid para hablar directamente con los responsables de esta asociación: el pintor Lucio Muñoz, Genovés y también aprovechar para conocer a Eusebio Sempere uno de nuestros artistas que trabajaba para una de las galerías más importantes españolas, la de Juana Mordó. Lo visitamos en su pequeño apartamento en el centro de Madrid, cerca de plaza Bilbao. Y a partir de ese momento nuestro contacto, tanto en Madrid como en Onil y en Sax, pueblos originarios de ambos, se hizo una práctica habitual. Desde el primer momento para mi fueron muy importantes los consejos, la mirada de un conocedor como Sempere, y quiero pensar que a él también le interesaban mis sensaciones y reflexiones sobre todos los temas, inteligentes y triviales que tocábamos con naturalidad. Una proximidad que respeté siempre, hasta el punto de que en ningún momento la utilicé para mi propia promoción personal. Después de su salida de la galería Juana Mordó, una cuestión compleja que conllevó su rifirrafe con la galerista, su liberalización supuso poder exponer con otras galerías, produciéndose el hecho incontestable de la revalorización de su obra. De manera que en pocos años pasó a tener un estudio digno en la calle Sagasta, para luego marcharse a su última vivienda en un chalet en El Plantío. Nuestra relación fue de amistad y de contarnos las cosas sucedidas en el ámbito cultural de Alicante y lo que él vivía en Madrid, pero también conversaciones profundas hasta altas horas de la madrugada, o consejos como el que me dio una tarde cuando ya marchaba a Alicante, «No te vayas de Madrid sin ver la exposición de Constant Permeke en la Biblioteca Nacional». Es curioso pero esa frase, aparentemente sin importancia, podría no haberle hecho caso, cambió mi vida. La obra de Permeke supuso para mí un verdadero deslumbramiento, por el que mis aspiraciones plásticas se vieron reflejadas de una manera radical. Sentía que la fuerza de su dibujo tenía que ver con mi manera de interpretar el cuerpo humano y su vertiente de escultor llenaba mi cabeza de posibles soluciones.
Años más tarde vendría la donación que hizo a la ciudad y que pude vivir en directo, viendo la evolución de la restauración del edificio de la Asegurada, incluso participando en la colocación de los cuadros como uno más, al lado del alcalde Ambrosio Luciáñez, los de la galería Italia y otros amigos de Sempere. Después de la inauguración, casi de inmediato se estableció la necesidad de la ampliación del museo. Eusebio todavía, en un ejercicio de generosidad infinita, pensaba en comprar unos dibujos de Picasso que quería añadir a la colección. Es decir, Sempere no se conformaba con una colección impecable en sus planteamientos y en sus obras sino que buscaba mejorarla en lo posible, cosa que seguramente hubiera conseguido de haber vivido algunos años más. Pero la enfermedad estaba ya ahí y los cambios políticos no favorecieron ni la ampliación del museo ni siquiera su puesta a punto. Su situación no quedó excesivamente clara. En una de mis últimas visitas a su chalet de El Plantío, ya prácticamente en un curso avanzado de su enfermedad, todavía pudimos concretar la realización de una película sobre su vida y su obra que llevó a cabo un cineasta amigo mío alicantino, hoy también fallecido, Héctor Seva, un hombre joven que llevaba una gran trayectoria en el mundo cinematográfico. Algo que Eusebio aceptó. Se filmó parte del documental en Onil, en su tierra natal, y gran parte en su casa de Madrid, posiblemente recogiendo una de las últimas firmas que Sempere pudo hacer con su propia mano, imágenes y más de 11 horas de conversación grabada.
Cuando en estos días he podido leer algunas de las cosas que se han dicho sobre el nuevo museo, no puedo menos que pensar que Sempere estaría feliz de ver este nuevo edificio que alberga su obra y su colección. Eusebio, un ser desprendido, generoso y humilde, lejos de perseguir su propia gloria, buscaba un lugar en nuestra historia pero poniendo él muchísimo más de lo que la sociedad le pudiera dar.
Podría escribir muchas páginas sobre Sempere, algún día lo haré, sobre mis recuerdos y débitos, sobre un personaje que fue fundamental para todo aquel que le conoció. Fundamental para la historia de Alicante, que además de su obra incuestionable quiso dejar un legado de conocimiento del arte del s. XX, para que nos enfrentáramos a la realidad del verdadero arte con el conocimiento necesario.

Eusebio Sempere con su hermana Concha en el corral de su casa de Onil.

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